La vida, el universo, el destino, ponle el nombre que te guste más, te lleva por donde quiere. Quizás por donde necesitas. Aunque no te guste o no quieras. Te planta delante personas y situaciones con las que tu alma va a experimentar aprendizajes para crecer y evolucionar. También para despertar.
Y así fue como la vida me invitó a que tomase el camino del desarrollo y crecimiento personal.
Trabajaba vendiendo productos financieros en una compañía aseguradora (te dejo el link sobre mi, por si quieres conocerme un poco más), y estaba pasando por una situación difícil. Me sentía bloqueada, frustrada, sin confianza en mi misma, impotente, sobre todo. El nivel de estrés era importante.
Creo que mi madre me debió ver un poco en apuros. Me sugirió ir a ver a una terapeuta, a la que una amiga suya había ido también, que hacía la quantum (terapia de bioresonancia para detectar y tratar el estrés y otros desequilibrios…) y allí me dijo que necesitaba urgentemente un coach para recuperar mi motivación. Y eso hice! Me pasó el contacto de una coach en Barcelona y quedé con ella. Yo no sabía que también hacía constelaciones…
Recuerdo mi primera sesión de terapia individual… Fue fascinante. Impactante.
Me hizo elegir unos muñequitos y colocar a mi familia encima de una mesa. Tal cual como yo lo imaginaba en mi interior. De repente empecé a llorar… Esto que dicen que una imagen vale más que mil palabras… es totalmente cierto. Descargué una gran pena que llevaba en mi interior, sin yo saberlo. Y ahí empezó mi nuevo viaje hacia esa dirección.
Al cabo de una semana estaba asistiendo a un taller de constelaciones. Y a los pocos meses empezaba mi formación en coaching transformacional (life coaching), constelaciones (coaching sistémico) y unas cuantas terapias más en materia de desarrollo personal…
Decidí seguir con mi trabajo personal y aprendí a recuperar mi motivación, esta vez sin estrés y agobios. Aprendí a entrenar mi mente, gracias a la transformación de creencias, pasando por la gestión emocional, y trabajando la auto-valorización personal y el merecimiento. Luego seguí con otras formaciones y seguí recogiendo descubrimientos y aprendizajes que me llevarían al lugar donde me encuentro ahora.
Recuerdo que hacer terapia me hizo entender muchas cosas, que años atrás no tenían sentido para mí. Quizás ahora ya estaba preparada para entenderlas e integrarlas y aceptarlas. Por ejemplo, que en la relación con mi familia de origen, nunca sabía qué lugar ocupar, lo que provocaba discusiones y eso era fruto del desorden interno en el clan familiar, gracias a hechos relevantes que habían sucedido tiempo atrás.
¿Qué cambios más significativos obtuve?
Pues ordenar mi sistema de origen y trabajar e invertir en mi crecimiento y desarrollo personal, gracias al coaching sistémico, mi vida cambió de perspectiva por completo. Con otra forma de mirar y ahora con el propósito claro de ayudar a otras personas a transformar y mejorar sus relaciones, sus vidas y sus proyectos o empresas.
Sobre todo, para acompañar también a otros compañeros míos de trabajo a lograr sus objetivos con sus presupuestos (coaching para lograr sus objetivos y presupuestos), a emprendedores con sus proyectos a desbloquear lo que les impide avanzar con sus miedos y limitaciones (coaching sistémico), y ahora a directivos de Empresas Familiares a gestionar el alto nivel de estrés al que están expuestos por tener que lidiar con ambos territorios.
Estos han sido los principales cambios y beneficios que he obtenido a lo largo de mi proceso de desarrollo personal:
– Ganar seguridad y confianza en mi misma, básicamente potenciar mi poder personal.
– Redefinirme a mi misma como una persona que puede lograr lo que se proponga.
– Aprender herramientas de liderazgo para responsabilizarme de mis actos, comportamientos y decisiones.
– Relacionarme con los demás de una forma más asertiva, positiva y enriquecedora.
– Reducir el estrés y las discusiones considerablemente.
– Transformar mis creencias y darle un vuelco de 360º.
– Aprender a darle un sentido a las emociones para obtener lo mejor de mi, y vivir con mayor plenitud y paz interior.
El trabajo interno es un proceso, que no siempre es en línea recta. A veces miras atrás y te das cuenta y eres consciente de que cosas que no comprendías, con el paso del tiempo tienen sentido y que era necesario darles otro enfoque.
Si es el caso que quieres cambiar algún aspecto de tu vida, darle un cambio de perspectiva o lograr vivir de una forma mejor… te invito a que te animes a ir a un taller de Constelaciones o que te animes a emprender un nuevo viaje de trabajo interior con terapia individual.
Estoy segura que algo aprenderás para hacer tu vida más y mejor.
Y tú, querido lector o lectora ¿has hecho alguna vez terapia individual para motivarte o reducir el estrés? ¿Has ido a algún taller de constelaciones? Me encantará saber tu opinión. Déjame un comentario o si tienes alguna duda o sugerencia rellena el formulario aquí abajo o escríbeme a hola@noemibatlle.com.